Lo siguiente es una sinopsis del capítulo "The Rosetta Stone Speaks-and Tells a Tale of Taxes" del libro "For Good and Evil, the impact of taxes on the course of civilization" de Charles Adams.
Cuenta la historia que cuando
Napoleón dejó Egipto, rechazado por la corona Británica, tuvo tiempo suficiente
para saquear algunas reliquias pertenecientes al viejo reino de pirámides y
faraones. Entre ellas se encontraba la Piedra Rosetta, famosa por haber sido la
clave para desentrañar el significado de los jeroglíficos Egipcios.
Dicha piedra se encontraba en el
pueblo de Rosetta, en el norte de Egipto. Su importancia yace en los tres
idiomas que se pueden leer en sus inscripciones: griego, jeroglíficos egipcios
y otro lenguaje egipcio conocido como “demótico”. Gracias a las escrituras en
griego, se pudieron descifrar los otros lenguajes y se dio un paso enorme en el
entendimiento de la cultura egipcia. Ahora se puede encontrar la Piedra Rosetta
en el British Museum en Londres.
La razón por la que se puede ver
tres diferentes idiomas tallados en piedra nos cuenta una historia de impuestos:
Alrededor de 200 años a.C.,
Egipto era reinado por la dinastía de los Ptolemaica, descendientes de Ptolomeo,
uno de los generales de Alejandro Magno. Los Ptolomeos eran buenos gobernantes,
en el sentido en que mostraban respeto por la ancestral cultura egipcia. Sin
embargo, no mostraban la misma sabiduría en el momento de cobrar impuestos.
En el tiempo en el que fue tallada la Piedra Rosetta, los altos impuestos habían
llegado a un punto crítico y desatado una guerra civil. Ptolomeo V, en un
intento de restablecer el orden y calmar a los protestantes, decretó una lista
de medidas de paz. Entre ellas, amnistía para los rebeldes, el perdón de las
deudas impositivas, la capacidad de retomar la propiedad confiscada y, por
último, inmunidad frente a impuestos para los templos.
Tan importante fue esta medida
para los templos que decidieron tallarla en piedra (podían haber usado papiro)
y ubicarla en el frente del templo. La escribieron en griego para que los
posibles cobradores del gobierno pudieran leerla claramente.
El autor nos cuenta que es normal
que los historiadores se vean obligados a estudiar documentos relacionados con
la actividad impositiva. El conocer qué fue gravado, cómo fue gravado y quién
fue gravado con impuestos es algo muy importante, pues revela mucho de las
costumbres de los pueblos. Escribe: “Las costumbres impositivas son a las
civilizaciones lo que los hábitos sexuales son a la personalidad”
Regresando al Egipto del año 200
a.C., la intuición nos dicta que generalmente los gobernantes no disminuyen
impuestos y perdonan deudas porque se les “ilumina” la mente. Tales acciones
suelen ser precedidas por un verdadero caos, el pueblo tiene que estar cerca de
la revolución para despertar la necesidad de reducir impuestos y aplacar las amenazas. El Egipto de Ptolomeo V no fue una excepción.
El departamento de cobranza de
impuestos de Egipto había ubicado al pueblo en jaque. Existen evidencias de cartas
que pedían al rey un mejor trato de parte de este departamento. Se han
encontrado muchas peticiones de perdón de deudas impositivas. Incluso los
obreros y agricultores de los campos reales eran arrestados por el departamento
de cobranza de impuestos, dejando abandonadas a las fértiles tierras del río más largo del
mundo.
A pesar de la Piedra Rosetta y la
proclamación de paz que ésta significaba, el gobierno cayó de nuevo en el vicio
de alzar impuestos, crear malestar en la población, desalentar la producción y
causar fricciones políticas. En el año 31 a.C., el emperador romano Octavio (también conocido como César Augusto) conquistó Egipto, venciendo fácilmente a Marco Antonio, amante de Cleopatra. Egipto, que podría haber sido una
de las conquistas más difíciles para los romanos, fue una de las más fáciles. Y
es que se encontraba de nuevo en un estado de desorden social. El famoso
historiador griego Polybus sugiere que el dominio griego sobre el gobierno de
Egipto incapacitó a este imperio de más de tres mil años. En verdad, no fue
todo el elemento griego en sí, sino específicamente sus costumbres impositivas.
Los impuestos, a pesar del uso de amnistías y perdones de vez en cuando,
volvían a subir, asediando a la población egipcia.
El historiador ruso Rostovtzeff,
argumenta que la tiranía del departamento de impuestos en Egipto afectó
profundamente a la sociedad, sembrando descontento y destruyendo los incentivos
de producir. Además, se dieron serios problemas de inflación que terminaron debilitando
aún más al sistema económico del imperio de las cuencas del Nilo. Entonces, no debe ser una sorpresa que el imperio romano haya tomado Egipto tan fácilmente. Es más, la economía egipcia renació bajo el mando del emperador César Augusto. Las probabilidades son altas de que el pueblo egipcio haya visto a la conquista romana como un alivio, prueba de ésto puede ser el hecho de que Egipto fue una de las provincias más leales y pacíficas del imperio romano.
Por último, las políticas impositivas romanas no se distanciaron mucho de las griegas con el pasar de los siglos. Llegado el momento de la caída de Roma, éstas también se habían vuelto opresivas y excesivas. Cuando las armadas musulmanes conquistaron Egipto en el siglo siete, les fue fácil tomarse a su pueblo hastiado del esclavismo de los impuestos, ofreciéndoles el lujo de no pagar ningún impuesto si abrazaban la religión del Islam.
Las historias ocultas detrás de
reliquias como la Piedra Roseta nos dejan ver cómo los problemas sociales y
políticos que hoy día señalamos con indignación afectaron también a otras
culturas, en este caso al milenario imperio egipcio. Se vuelve entonces un
conocimiento muy valioso, capaz de darnos los argumentos para defender el
liberalismo ubicando la historia a nuestro lado. En un futuro, espero escribir
sobre cómo detrás de los impuestos se esconde la historia de represión a los judíos, o, en otra ocasión, sobre cuáles fueron sus características y consecuenciasen otra cultura milenaria, el imperio chino.