domingo, 30 de octubre de 2011

Hoppe, la Democracia y más.


El pensador anarco-capitalista Hans Herman Hoppe, en una corta conferencia de cuarenta minutos, nos habla de su visión sobre la democracia. Lo polémico de sus ideas invita a leer su libro “Democracy: the God that Failed”.
Hoppe parte del objetivo liberal de defensa de la propiedad privada como paradigma indóneo de organización social. De ahí, pone en duda la clásica concepción de la democracia como un “avance” hacia el liberalismo, contrastándolo continuamente con la monarquía.

Un corto resumen introductorio:
El concepto liberal de una ley universal, en la medida que aplique de igual manera a todos, era continuamente violado por el rey pues éste poseía derechos por sobre la ley. El rey podría entenderse entonces como un monopolista, único dueño y señor de su territorio. Sus privilegios eran básicamente el control monopolístico de la protección y de la jurisdicción sobre su reino. Además, poseía el derecho único de cobrar impuestos a un pueblo que entendía como suyo. Hoppe señala que, desde éste punto de vista, no hay distinción entre democracia y monarquía, pues en los dos sistemas albergan una actitud monopolística.

Los grandes problemas de un control monopolístico de la seguridad son evidentes. Un monopolio enfrenta el interés de cualquier otra institución: maximizar el gasto en protección (ingresos provenientes de impuestos obligatorios) y minimizar la real producción de protección (el costo), “the more one can spend and the less one have to produce, the better one will be”. Igualmente, un monopolio sobre el poder judicial conlleva a una degradación del sistema judicial. Además, si no se puede reclamar justicia sino a través del gobierno, la justicia será deformada a favor del mismo gobierno.
En un régimen democrático, dejan de existir las personas privilegiadas (en términos de que no existe rey fijo), sino que la entrada es supuestamente abierta para todos (cualquiera puede ser elegido presidente o primer ministro). Esto no significa un cambio a favor del liberalismo, como suele entenderse. En la democracia existen las “funciones” privilegiadas. Sin embargo, en la democracia, la persona o movimiento político que se encuentra en posición temporal de uso monopolístico del gobierno enfrenta diferentes incentivos que un rey. No es un dueño del país que gobierna en un largo plazo, su visión, por naturaleza misma de la democracia, tenderá enfocarse en el corto plazo. No es de sorprenderse entonces que bajo la democracia, el nivel de impuestos, el nivel de deuda estatal y la cantidad de políticas inflacionarias han aumentado mucho más que en el histórico pasado monárquico.
Las anteriores son algunas de las ideas presentadas por Hoppe en su conferencia en el Ludwing von Mises Institute, espero haber despertado interés suficiente para que den click en éste link, y la escuchen completa. (pueden conseguir el podcast para escucharlo en un ipod, la conferencia está al final de la lista).

Algo más sobre la democracia de lo que no habla Hoppe:

En un régimen democrático, el candidato elegido públicamente enfrenta la necesidad de ofrecer al pueblo beneficios, le es imprescindible apoyarse en promesas. El pueblo, las masas, en su insaciable sed de beneficios, pide al candidato “nuevas” ayudas, más intervenciones, mayor protagonismo (un legislador que se abstenga de legislar suele ser poco popular) y más participación (democracia: gobierno del pueblo para el pueblo). En el fondo, la democracia ubica a los candidatos en una situación de “quién da más”. La consecuencia es visible: el gobierno aumenta de tamaño.
Es más fácil que triunfe un candidato que esté dispuesto a gastar más en educación en relación con lo que esta previamente establecido, puede ofrecer crear una nueva universidad de educación superior o facilitar préstamos y becas para estudiantes. Un candidato que no prometa gastar “más” en educación, por ejemplo, suele ser visto como inactivo, tibio, poco útil. Por último, encontrar un candidato que ofrezca eliminar el ministerio de educación es una tarea más difícil que hallar una gaviota en Bolivia.

Añado lo siguiente:

Una bonanza económica, desatada por el descubrimiento de yacimientos de petróleo, por ejemplo, puede ser una verdadera amenaza para el país: Los candidatos, el presidente o el caudillo de turno cuentan con un sustancial aumento en su presupuesto. Surge una oportunidad de dejar la mismísima democracia a un lado y construir un gueto, como en Cuba (la “bonanza” sería en este caso los fondos soviéticos que subsidiaron a Castro); se presenta el riesgo de que el país se convierta en un campo de batalla, como en Sierra Leona (diamantes); o, si la bonanza le cae a un líder carismático de lengua larga, puede optar por lo que está de moda: montar un circo, como en Venezuela (petróleo).

Una idea más sobre la democracia:

El ideario del pueblo sobre “gobierno” cambia. El gobierno deja de ser “ellos” y pasa a ser “todos”, pues el pueblo mismo es el elector. El momento de encontrar un culpable por la desgracia del país, el dedo acusador le “rebota” al mismo pueblo, pues éste lo eligió. El candidato puede resguardarse detrás de la entelequia que es la “representatividad”.

Aún cuando se logra señalar a un presidente o ministro y acusarlo efectivamente, éste puede nombrar a su predecesor (tan sólo cuatro o cinco años anterior a él) y acusarlo de haber sido la raíz del problema.

Un monarca, después de veinte años en el poder, no puede, ni señalar al pueblo y apelar a la representatividad, ni usar a su padre como chivo expiatorio.




1 comentario:

  1. el unico partido q defiende la libertad en españa
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    farrulugo

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