jueves, 11 de julio de 2013

27 espinas en resumen. Y una libertaria despedida.


Queridos lectores, anarquistas, minarquistas, fascistas, socialistas y quemimportistas:

He decidido dejar este blog que me ha acompañado desde la universidad con su maravilloso título irreverente. Hay otras cosas, más reales quizás, que requieren mi atención y la totalidad de mi tiempo. Ha sido un placer interactuar con esta cibermusa inventada que me ha preguntado por qué porqué y si sí, y sí no? Y a la que he tratado de responder mezclando mi gusto por la literatura con dos áreas a las que he dedicado mi estudio dentro y fuera, antes y después de la universidad: la economía y la filosofía. 
El blog seguirá colgado en el internet y espero que continúe recibiendo visitas, quizás sin la espléndida afluencia que tenía hace algunos meses, pero seguramente llenando los pixeles de unos cuantos visitantes diarios. 
A la derecha pueden ver los artículos más visitados del blog en orden descendente. 

Aquí abajo les voy a presentar un escueto resumen de lo que trata una parte de las 84 entradas de este blog “JAT”: 

Hay unos que cuentan la historia de los impuestos en diversas civilizaciones antiguas, buscando plantear que más que un "contrato social" como lo dibuja infantilmente la socialdemocracia, han sido una herramienta de opresión. La Piedra Rosseta y los impuestos en Egipto, Los impuestos y la ancestral opresióna los judíos y El ancestral imperio chino y los impuestos

Hay otros que hablan sobre la panacea más defendida de nuestro tiempo y a la vez la ilusión política más confusa de la historia de la humanidad. El sistema que ha sabido esconderse detrás de una burda frase de Churchill y esquivar así la mirada de los intelectuales, la democracia. Aunque termino defendiéndola en un plano metafísico en la segunda parte de "Democracia un circo necesario", hay otros artículos que se concentran en sus ruinas, entre otros: "Hoppe, la democracia y más" y "La Política y el Anarcocapitalismo". Además, hay textos (están entre mis favoritos) que ilustran de una forma literaria lo que la democracia verdaderamente es: "La Urna y la Locura", "El Jardín deBonsais" y "El Discurso", los recomiendo a quienes están cansados de leer artículos y ensayos con su parca distribución académica. 

Un pedazo del blog ha sido dedicado a lo que creo que es el error más grave del libertarianismo y a los laberintos que causa en materia ideológica: el "Derecho Natural". Quizás muchos libertarios iusnaturalistas rothbardeanos, tomistas o aristotélicos estén de acuerdo con lo que señalo en "Los Rostros del Anarcocapitalismo", "El Principio de No Agresión y el Anarcocapitalismo" y en "Racismo y Libertarianismo", yo pienso, sin embargo, que el mismo iusnaturalismo es la causa de éstas contradicciones ideológicas. Planteo una crítica al “derecho natural” en “Críticas Puntuales al Derecho Natural” y a través de la historia de un extranjero que llega a un pueblo sin Estado, pero donde domina una institución religiosa, en “Crítica. No existen los Derechos Naturales”. Por otro lado, aunque la Ética Argumentativa de Hans Herman Hoppe no sea una teoría de “lo natural” y no deba usarse como defensa del “derecho natural” (me parece inaudito como la generalidad de la academia libertaria parece no entender esto), he escrito una crítica y la anidaré en este párrafo. Se trata de un diálogo entre dos esclavos del siglo XXI (Cuba), “Crítica a la ética argumentativa de H.Hoppe”, me tomé la libertad de escribir el texto literariamente y creo que resulta entretenido leerlo, he tenido muy buena retroalimentación sobre este texto e incluso el honor de ser citado por aquí y por allá. 

También escribí textos cortos sobre diversos temas, son condensaciones claras y concisas que transmiten un mensaje sin dar rodeos en argumentaciones extensas. Generalmente son conclusiones salidas de debates online, de foros, conferencias o de conversaciones cerveceras. Algunos son: “Corto pensamiento para Venezuela”, “Corto. Lógica e Historia”, “Corto. La ayuda social”, “Corto. La moneda” y “La prostituta palabra social”.

Hay dos textos poéticos en este blog. El primero es un paralelismo al clásico Imagine de John Lennon en su versión capitalista, “Imagínate”. El segundo, una entrada muy visitada en su tiempo, de manera prosaica relata la respuesta a la pregunta “¿Por qué el anarcocapitalismo?”. Creo que es bueno para los libertarios que consumen toneladas de letras académicas, formales y estructuradas, el poder descansar los ojos en líneas igualmente libertarias, pero distintas.

Casi terminando, escribí textos sobre diversos temas. “El terror soviético en Hungría” surgió mientras viajaba por esa parte de Europa y “Memorias de Cuba: La prisión más grande del mundo” del segundo viaje que hice a la isla castrense. “Edipo y Fidel (Chávez y el resto)” parte de una reflexión que hace Kundera en su libro la Insportable Levedad del Ser. “Mercado, Pobreza y Élites perdidas en el Ecuador” fue un ensayo con el que concursé en un evento donde ingenuamente creí que los jueces no iban a ser un conjunto de viejos nostálgicos y perdidos en un mes de 1968; considero que está muy bien logrado. Y “Crítica a Terrícolas. Dudas sobre el vegetarianismo” es un ensayo mezclado con relatos descriptivos que me urgió escribir tras ver el abusivo documental “Terrícolas” (es muy famoso, está en Youtube), este texto no tiene nada que ver con el libertarianismo, pero al verlo sentí una necesidad de escribirlo tan necesaria que lo escribí.

Por último hay entradas que más que todo citan a otros autores o son artículos ajenos que he posteado en el blog:
El anti misticismo de Rand (Ayn Rand); Boetie. Párrafo para libertarios. (Étienne de la Boétie); Resultados de la expoliación legal. Bastiat (Frédéric Bastiat); Petición de los fabricantes de velas (Frédéric Bastiat); Corto. Mencken y la Democracia. ( H.L Mencken); Discurso de Francisco DAconia sobre el dinero (Ayn Rand); El Guardián. Kafka. Fragmento de El Proceso. (Franz Kafka); Juicio Moral (Ayn Rand); Por qué el arte se volvió feo. (Stephen Hicks); Modelos suecos (Johan Norberg); Cuando Islandia se congeló totalmente. (David Howden); ¿Los 23 mitos del capitalismo? (Juan Fernando Carpio); En defensa del anarquismo racional (George H.Smith, ensayo que ayudé a traducir); ¿Ley de competencia o premio a los malos perdedores? (Nelson Paz y Miño); Socialismo del siglo XXI en Ecuador: Alerta ROJA (Angel Martín Oro); ¿Qué le ha hecho el Gobierno a nuestras familias? (Allan Carson).

Y, terminando, debo comentar sobre la recopilación de IMÁGENES LIBERTARIAS. Es un conjunto de imágenes relacionadas con el libertarianismo y el acarcocapitalismo que me ha tomado algún tiempo reunir y seleccionar. Es, sin duda, la sección más divertida de este sitio web. 
Así, me despido de mi querido blog universitario y post-universitario, espero que no vaya a encallar en algún arrecife abandonado de la red, que más bien continúe navegando por entre los pixeles de los tantos cibernautas libres que hay en el mundo. Los que comparten la necesidad de cuestionar hasta la médula las entrañas del orden social y que han llegado tan profundo, o han volado tan alto que pueden señalar, sin temor a equivocarse, las cadenas que el Estado extiende sobre el individuo cual titiritero.






lunes, 27 de mayo de 2013

La Política y el Anarcocapitalismo

Desde el libertarianismo, el aparato político, además de ser un conjunto de monopolios forzados, es una maquinaria fuera de control que infecta poco a poco los sectores de la sociedad civil.
Demócratas y conservadores suelen quejarse de la ignorancia del pueblo en temas de política. "Debería educárseles para que voten bien", reclaman algunos. Otros, más confundidos aún, idealizan una sociedad en la que las distintas minorías se organicen y alcen su voz para ser escuchadas por el órgano central:

¡Salir a las calles, unirse a sindicados, formar gremios, sumarse a un partido, alzar la mano, reclamar y conocer las obligaciones y derechos!

...No hay síntoma social más desesperanzador para un anarcocapitalista.

El agricultor, el científico, el taxista, el deportista... todos se ven situados en un ambiente ajeno, rodeados de temas que desconocen y con una expectativa tácita sobre sus hombros: "vote bien", "conozca a sus representantes", "entérese de lo político". A los ojos de un sociólogo moderno, o de cualquier analista democrático, que el pueblo conozca de política y se involucre es una ventaja institucional, un catalizador de cambios y de representatividad.

En verdad, es una asquerosa aberración el pensar que es bueno que el agricultor y el taxista estén enterados de política. El agricultor debe conocer sobre cosecha y sobre plantíos, debe estar al tanto de todo lo referente a su producción y la venta de su producto, ya tiene suficiente trabajo en aquello. La política, la acción del organismo central, debería engrasar el sistema para que el agricultor no tenga que preocuparse de leyes y mandatos. No debe hundir a la sociedad civil en su discurso, ya que existe, debería pasar desapercibida.

Gremio de profesores, asociación oficial de guías de montaña, gremio de productores de camarón, sindicato de obreros textiles, grupos ecologistas oficiales, todos estiran sus mendigas palmas y alzan la vista esperando la decisión del órgano central. Lo que logran en el fondo es reafirmar su centralismo, y con él, su obesidad burocrática y su soberana inefectividad.





Si alguna vez entonces, encuentran en un restaurante un cocinero que conoce las propuestas de la asamblea o los mandatos presidenciales, sabe de las nuevas reglas de la producción o de los quehaceres de los ministros; no se alegren. "La ley ha sido expoliada" diría Bastiat.

¡Que viva la ignorancia del cocinero si no conoce ni el apellido del presidente!. Ver "Capital Político" debe ser desolador para un libertario anarcocapitalista y cualquier persona que abogue por la libertad a su manera.




Nota extra:

Los demócratas institucionalistas, sociólogos y politólogos profundamente confundidos, suelen responder con un análisis de lo que significa "lo político" que en verdad es un insensato non-sequitur. Y es que "lo político" no se reduce a la relación del individuo o de las minorías con el Estado, dicen, si no que vive en las interacciones intrínsecas dentro de la sociedad. Así, la acción humana en sí misma es política, nos unimos y nos manifestamos, al hacerlo estamos entrando en el mundo de lo política. Entonces, un partido entre dos equipos de futbol es un encuentro político y un programa de radio también lo es. No hay como despojar al hombre de la política.

El concepto cambia y abarca un espectro más amplio. Es totalmente válida y clara ésta descripción alterna de "lo político". El sueño libertario de despolitizar a la sociedad se vuelve obsoleto bajo estos términos. La política no desaparecería en una sociedad de mercado, nos uniríamos en grupos, exclamaríamos a favor o en contra del aborto, habría partidos de fútbol y fanaticadas... pero el non sequitur es claro, cambiando la definición de una palabra no se puede rebatir los argumentos hechos anteriormente. 

Con o sin dicotomías lingüísticass, la politización de la sociedad es un camino penoso. Que viva un pueblo ignorante y no involucrado. (Aún así, si se quiere un cambio reformista, son las élites las que deben conocer de libertarianismo, defendí ésta posición en un ensayo: Mercado, Pobreza y Élites perdidas en el Ecuador.)










domingo, 21 de abril de 2013

El Principio de No Agresión y el Anarcocapitalismo



¿El aborto debe ser prohibido?
¿Debe ser obligatorio llevar cinturón de seguiridad al manejar?
¿La justicia debe ser restitutiva en vez de castigar y encerrar a los ladrones?
¿No debe existir la propiedad comunitaria?
¿Deben ser prohibidas las armas?




Las anteriores son preguntas que se debaten a menudo en los círculos libertarios. Las respuestas a éstas preguntas deben ser directamente: Si o No y por qué?, sin embargo hay una posición que a menudo llega a la mesa y es : "Depende de si está escrito en un contrato, de si se encuentra entre las reglas de la compañía de seguridad privada (anarquismo) o de si la ciudad-estado lo permite (minarquismo)". Esta posición es errónea. 

El decir "La compañía de seguros o la compañía de carreteras pueden decidir si es obligatorio o no usar cinturón, y si no te gusta puedes no contratar con ellos o usar otro servicio" o "si no te gustan las reglas de la ciudad X puedes mudarte a la ciudad Y" es en verdad un tema desconectado. Se trata de una opinión sobre una posición política: la decentralización. Nada más. 

Y es que el NAP, que en la práctica se reduce a un sistema de contratos, es solamente una base política de descentraización sobre la cual se actúa. Pero el NAP no es toda la ética. Es decir, sobre un sistema de contratos naturalmente se eriguirían sistemas éticos de diversos rostros. Así, bajo el contrato con la agencia de seguridad X se podría decretar (incluir una cláusula) que señale que es obligatorio llevar cinturón de seguridad, y con la agencia Y que no es obligatorio hacerlo. El NAP no significa en la práctica nada más que respeto por los contratos, capacidad de elección y respeto hacia ésta elección. No plantea una respuesa al tema.

Pero la pregunta "¿la justicia debe ser restitutiva en vez de castigar y encerrar a los ladrones?" exige una respuesta de SI/NO que conecte con el tema que está sobre la mesa. Decir, "si el contrato dice" es eludir el tema. Se deben tomar nociones de individualismo/racionalismo/distintas teorías para llegar a verdaderas conclusiones. 

Por ejemplo: Es mejor que no exista la propiedad comunitaria porque por temas de eficiencia, se tiende a más desperdicio y menos cuidado (problema de los comunes). Sin embargo en una sociedad anarquista de contratos o en una sociedad minarquista de ciudades estado se pudiera dar, sin ningún problema, la propiedad comunitaria. Por temas éticos y culturales podría decidirse que el volcán Cotopaxi (6.000mts de altura, Ecuador), será de propiedad común y será administrado por un consejo elegido puesto que se oponen culturalmente a que un posible dueño decida explotar las minas de piedra interiores. La consecuencia sería una propiedad comunitaria. Dentro de la base política del NAP, la descentralización, la capacidad de elección, se puede albergar distintas posiciones opuestas. 

Entonces, el NAP es un principio que no se debe usar en el debate. Frente a la pregunta "¿debería ser obligatorio llevar cinturón de seguridad?", es inválido responder de la siguiente manera:

 "no debería ser obligatorio usar cinturón de seguridad porque yo debo ser quien decide si cuido mi vida de esa manera o no. Que esté prohibido atenta contra mi capacidad de acción, al fin de cuentas no estoy haciendo daño a nadie y eso es el NAP" 

La respuesta debe responder a "¿Por qué debería o no ser obligatorio (concebido en el contrato) llevar cinturón de seguridad?. Ya que el NAP no es toda la ética, debemos tomar del individualismo, por ejemplo, para construir una respuesta. 

Las nociones filosóficas, económicas y morales que se eligan para constuir una respuesta a un tema como el de la pregunta "debe ser prohibido el aborto o no" son elegidas arbitrariamente. No hay un vínculo entre ésta esfera del pensamiento y el NAP (que simplemente establece un sistema de contratos). Se puede elegir usar la razón para construir una respuesta a éstos temas éticos, elaborando una respuesta Consciente y Racional e Informada. Sin embargo tambien se puede no usar la razón para construir respuestas a dilemas éticos, se puede, por ejemplo, creer que los que abortan van al infierno por decisión divina (una respuesta Irracional). O se puede usar la razón pero estar hundido en la ignorancia y elaborar respuestas Racionales pero Desinformadas. 

Luego, la ética, al ser volitiva y ya que dentro del proceso de elección actúan los diferentes rostros humanos (y no solo el racionalismo), no puede ser naturalizada en ninguna instancia. Incluso la elección del NAP como principio no puede ser naturalizado.

Las contradicciones "praxeológicas" o "argumentativas" que supuestamente delínean los límites éticos (incluso si no tuvieran serios errores dentro del propio argumento) no podrían ser utilizadas para naturalizar una ética. Son construcciones que se eligen como parámetro de manera volitiva y "naturaleza" se entiende como algo fuera de lo opcional (un sapo no puede "elegir" tener naturaleza de cocodrilo, al ser la ética el resultado de una suma de elecciones teóricas no puede ser naturalizada). 

Esta es la razón por la cual en una sociedad anarcocapitalista o minarquista podrían surgir diferentes barrios, ciudades, regiones o conjuntos de gente que se suscribirían a distintos contratos. En una ciudad con X valores estaría prohibido el aborto, en una ciudad con Y valores no. El libertarianismo para lidiar adecuadamente con estos temas debe abandondonar el NAP y el iusnaturalismo, puesto que como se señala arriba, el uno no elude al tema de discusión y el segundo no puede existir. 

Lo que obliga volcar la argumentación a si el NAP se está convirtiendo para el libertarianismo en una especie de sedante. Su naturalización, irracional, es un movimiento cuasi-religioso puesto que para sostenerlo hay que "creer" en él. Su rol es útil hasta un punto, en la medida en que atrae un tipo de seguidores al libertarianismo, pero debe ser abandonado antes de convertirse en opio. 

Decir "el anarcocapitalismo es el único sistema compatible con la naturaleza humana" es caer en un mar de contradicciones. El Principio de No Agresión solamente establece la descentralización contractual de un sistema anarcacapitalista y no dice nada sobre los rostros que podría llegar a tener.

Debe ser obligatorio llevar cinturón de seguiridad al manejar?
La justicia debe ser restitutiva en vez de castigar y encerrar a los ladrones?
No debe existir la propiedad comunitaria?
Deben ser prohibidas las armas?
El aborto debe ser prohibido? 

-¿Por qué si o por qué no?



miércoles, 13 de febrero de 2013

Nuestra Adaptación a la Conquista.

The following article is translated into Spanish from the English original, written by David D’Amato.




El bombardeo del pasado viernes 1 de febrero de la embajada de Estados Unidos en Ankara, Turquía, dejó un saldo de dos muertes y otras dos personas heridas. El ataque se dio después de una serie de ataques mortales a otras embajadas estadounidenses en el norte de África en septiembre del año pasado.
Como podía esperarse, el Congresista Ed Royce, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos, se puso a trabajar inmediatamente, manufacturando el tipo de Neolengua que uno asocia con el Ministerio de la Verdad del 1984 de Orwell. Recapitulando lo que a estas alturas es una táctica bastante trillada para infundir el miedo colectivo, Royce describe el ataque como “un crudo recordatorio de la constante amenaza del terrorismo”.
Como alternativa al esfuerzo orwelliano de relaciones públicas emitido por los medios corporativos y gubernamentales, podríamos ponderar el ataque como la reverberación de un amplio sistema de guerra y política global. Podríamos preguntar qué tipo de relaciones políticas producen los resultados que estamos obteniendo, y si la “verdad oficial” que nos es otorgada por nuestros líderes es merecedora de nuestra confianza.
Sea lo que sea lo que esas “verdades” proclaman, existe otra narrativa, una narrativa radical, que compite con la anunciada a los cuatro vientos por las voces del poder establecido. Los anarquistas de mercado entienden la relación fundamental y de larga data entre el impulso imperialista y la institución del estado per se, relación que se manifiesta continuamente a través de la historia y los sucesos contemporáneos.
De hecho, nos oponemos al estado como un todo por muchas de las mismas razones declaradas por los que se oponen específicamente a la guerra y el imperialismo: concretamente, que la guerra (como se demuestra a lo largo de la historia) no representa la defensa sino la agresión, no la represalia sino la conquista. Si suspendemos por un momento la mitología que presta legitimidad a la guerra, veremos de inmediato que intereses económicos particulares la promueven, intereses elitistas completamente disociados de aquellos del resto de la población.
Tal como lo explicó Frank Chodorov: “El estado está históricamente afincado en la conquista. El propósito de la conquista es la explotación. La explotación es cualquier medio de obtener bienes y servicios sin contraprestar un equivalente a través del intercambio…” El trabajo de Chodorov describe la guerra como “la completa negación de la libertad de mercado”, argumentando que la guerra y la conquista — a la que nos hemos adaptado con el pasar de los años — son el modus operandi del estado, tanto domésticamente como en el exterior; el principio de invasión se aplica a los dos ámbitos de la misma manera.
La guerra es por lo tanto inseparable en la práctica de lo que hemos llegado a identificar como “terrorismo”, ambos términos designan hostilidad injustificable e invasiva contra inocentes. Los estadounidenses en particular han sido condicionados a ver el terrorismo como algo separado y aparte de la guerra tradicional, como crímenes atroces cometidos por extremistas lunáticos obsesionados con la masacre aleatoria de civiles.
Señalar que la guerra es equivalente al terrorismo por lo general causa chirridos de indignación y acusaciones de que uno está defendiendo a terroristas. Esto, sin embargo, es exactamente lo contrario de la manera correcta de abordar el argumento. En lugar de considerar este argumento como una una manera de elevar el terrorismo al nivel moral que disfruta el ejército estadounidense, deberíamos verlo como delatador de que estamos equivocados sobre nuestra “defensa nacional” — de que nuestro militarismo tradicional debe ser rebajado en nuestras mentes al espacio moral habitado por los terroristas.
Los anarquistas no buscan proclamarse como los defensores de los terroristas, sino que trabajan para ayudar a disolver la propaganda deformadora que ha servido para presentar a la guerra en una luz positiva durante siglos. Los ataques detestables como el que sucedió en Ankara son atentos desesperados de una gente sin esperanza, de individuos — la mayoría hombres jóvenes — cuya rabia visceral hacia la ocupación extranjera los convierte en víctimas fáciles de exactamente el tipo de lavado cerebral que el gobierno estadounidense usa en casa.
La próxima vez que escuches a un político, al presidente de algún fabricante de armas o un presentador de noticias hablar sobre un ataque terrorista o las misiones estadounidenses en el exterior, escucha atentamente. Debajo de la muy pulida versión de las cosas que presentan, se esconde una verdad escalofriante sobre la naturaleza del estado y del imperio. Una verdad que no quieren que escuches.


Artículo original publicado por David D’Amato el 2 de febrero de 2013.
Traducido del inglés por Alan Furth.


domingo, 10 de febrero de 2013

Criticas Puntuales al Derecho Natural

1. El Derecho Natural defendido por Tomas de Aquino se apoya en un estándar religioso, no es defendido racionalmente si no algo dado como un mandato divino. 

2. El Derecho Natural de Aristóteles es un mandato de la naturaleza, no es defendido racionalmente subrayando en la naturaleza humana un derecho inherente, Aristóteles parte de ellos como preestablecidos. 

3. El Derecho Natural de Rothbard es un residuo del de Aquino pero con más énfasis en lo práctico, conveniente, útil y racional que es el Derecho Natural. 

4. Hoppe parece darse cuenta que el Derecho Natural como tal es indefendible, justamente porque la naturaleza humana es "demasiado difusa" (sus propias palabras) y decide centrarse en el discurso y la argumentacion. 

5. La argumentación no revela jamás como requisito performativo un derecho sobre los bienes externos al propio cuerpo. Hoppe descansa el derecho argumentativo sobre de cosas externas apropiadas al estilo lockeano sobre el hecho de que supuestamente sin ellos "todo dejaría de existir" y no podría darse dicha argumentación. En verdad no se necesitan derechos libertarios 100% lockeanos para sobrevivir, se puede vivir y argumentar en una socialdemocracia. 

6. Hoppe supone que si terceros tuvieran derecho sobre bienes que ya están ocupados previamente, todo fuera un desorden y "nadie tendría el derecho de hacer nada", olvidando que se puede establecer una cultura en una sociedad, y ésta cultura tiene mecanismos automáticos que categorizan la acción y pueden ser mixtos (no necesariamente 100% Principio de No Agresión). Por ejemplo en una sociedad que acepta que el hombre tiene derecho solamente al 90% del fruto de su trabajo, no hay ninguna confusión al estilo "no one would be allowed to do anything with anything",  porque ya está establecida y entendida culturalmente la violación al Principio de No Agresión. 

7. No hay razón lógica que establezca que lo natural es derivar los derechos basándose en un profundo análisis de la argumentación. Entonces la Ética Argumentativa no puede ser vinculada con el Derecho Natural. 

8. Hoppe señala que si no tuvieramos derecho sobre nuestro propio cuerpo, no podríamos argumentar. En verdad, si no podríamos usar nuestro cuerpo no podríamos argumentar. La argumentación solo revela un uso, no un derecho, y éste uso no es un acuerdo intersubjetivo como sí es un derecho. El uso del propio cuerpo es lo único que revela la argumentación. 

9. Ésta es una crítica que entiende el sentido a priori de la Ética Argumentativa y no pretende desvalidarla defendiendo paralelismos con "los mudos no pueden argumentar asi que para ellos no aplicaría la Ética Argumentativa" (Murphy, Callahan, Block). 

10. La naturaleza humana es muy difusa como para creer que de ella se pueda derivar nada más que el "Principio de no Agresión". 

11. En verdad, de la naturaleza humana tiran fuerzas en diferentes direcciones, solamente una de aquellas direcciones lleva al Principio de no Agresión. Entonces decir que "el anarcocapitalismo es el único sistema compatible con la naturaleza humana" es un reduccionismo antropológico. 

12. La Ética Argumentativa nunca señala que los Derechos Naturales son naturales, en verdad solo señala una manera racional de llegar a una supuesta conclusión praxeológica sobre el hecho de la argumentación, no sobre la totalidad de la naturaleza humana. 

13. No es natural derivar derechos racionalmente. 

14. La métodología que se usa para justificar la naturalidad de los "Derechos Naturales" no es natural. En verdad el ser humano ha plasmado en su sistema legal miles de elementos irracionales tanto hoy como hace miles de años. Lógicamente ésto no fue realizado racionalmente. Significa que es la totalidad del ser humano: su misticismo, ritualismo, pasión, irracionalidad, agresividad, su incomprensividad y su racionalidad lo que se debería llamar "natural humano" y el derecho que brota de tal terreno no es el Principio de no Agresión. 

15. La filosofía libertaria está demasiado aferrada al Derecho Natural, sin saber que su apoyo es endeble, ignorando también que puede haber otros puntos de apoyo más sólidos fuera del iusnaturalismo.

16. La filosofía libertaria se presenta como reduccionista frente a otros sectores de la academia como la antropología, la sociología, la historia y la filosofía moral cuando reclama que el Principio de no Agresión es Derecho Natural. 

17. Se puede prescindir del Derecho Natural para defender al libertarianismo. Combinando conceptos provenientes del análisis político al estílo Public Choice, la epistemología racionalista de Rand y Hoppe, la Economía Austríaca, la crítica al colectivismo de Nietszche, la defensa del hombre como escencialmente libre a lo Sartre y hasta de la crítica al poder de Foucault. El Derecho Natural es la defensa más simple y de ahí su común dogmatismo, bastan dos palabras: es natural.

18. El Anarcocapitalismo es racional, no natural. 




Sobre éste tema ya he escrito dos parábolas. La primera es un pequeño cuento sobre un extranjero en un pueblo religioso: Crítica a los Derechos Naturales. La segunda es un diálogo entre dos "esclavos" del siglo XXI mientras caminan por una de las capitales del Caribe: Crítica a la Ética Argumentativa de H. Hoppe. 


Para los que gustan de las metáforas, una más:

El azteca que cierra los ojos mientras ve cómo sacrifican a su hijo en el altar, respira. 
El sacerdote que manda a quemar a la bruja en el centro del pueblo, el mendigo que la mira, el borracho que la insulta mientras arde, respiran. 
El hombre que dice la ley soy yo, el que convencido besa sus pies y el que asesina en su nombre, respiran. 
El que acepta la ley tácita y aprende detrás de una capucha puntiaguda que los negros deben ser exterminados, desde su irracionalidad, respira. 
El que camina por las calles de LA esperando leer en las noticas que la Navy ya bombardeó el Medio Oriente. 
El que llama al pueblo para que lapide a su adúltera pareja.

El hincha que llora. 
El metalero que salta en el pogo. 
El votante que besa su papeleta y la deposita, con los ojos cerrados. 
Todos respiran. 

Los hombres respiran. Y La Ley brota de ellos. 

La Ley, al contrario, no respira, no nace con un objetivo ni puede albergar metas, es tan sólo un reflejo del rostro multicultural del hombre, son todos los respiros licuados y dispuestos de una manera que pueda sostener un orden. Ese orden puede ser el del Rey y la ley soy yo, con los vasallos seguros a sus pies. Puede ser también el de la cultura de miedo y el hombre mordiendo el labio porque se mueran todos los talibanes; el del joven acostado en el altar esperando a que le saquen el corazón para ofrecerlo al dios sol; el del anciano que besa la papeleta y vota con los ojos cerrados ... y todos esos otros órdenes que brotan de la naturaleza humana.



                                                                                                                                          
¿O no?

La ley crece sobre la paz y la guerra.



sábado, 9 de febrero de 2013

El anti misticismo de Rand

Hace pocos días estuve revisando a Rand, después de navegar por blogs y portales objetivistas y confirmar una vez más que es una corriente filosófica carente de herederos. Tal vez por que las palabras de Rand no han sido actualizadas ni filtradas, el objetivismo es un cuadro carente de evolución y de crítica dentro de la misma escuela, algo así como un evangelio. 
Sin embargo, después de pensar en los que para mi son sus errores, revisé sus puntos fuertes. Además de su sólida defensa del racionalismo en el campo epistemológico, encontré este extracto (algo polémico) que le compete más a la ética.



“Como producto de la división del hombre entre alma y cuerpo, hay dos clases de maestros de la Moral de la Muerte: los místicos del espíritu y los místicos del músculo, a los que llamas espiritualistas y materialistas; los que creen en la conciencia sin existencia y los que creen en la existencia sin conciencia. Ambos exigen la rendición de la mente, uno frente a su revelación, el otro frente a sus reflejos. Por más que vociferen ser irreconciliables antagonistas, sus códigos morales son iguales, así como sus objetivos: en lo material la esclavización del cuerpo; en el espíritu, la destrucción de su mente.
“El bien, dicen los místicos del espíritu, es Dios, un ser cuya única definición es que está más allá de los poderes de comprensión del hombre; tal definición invalida la conciencia humana y anula sus conceptos de existencia. El bien, dicen los místicos del músculo, es la Sociedad, una cosa a la que definen como un organismo que no posee forma física, un súper ser no corporizado en nadie en particular y en todos en general, excepto tú. La mente del hombre, dicen los místicos del espíritu, debe estar subordinada a la voluntad de Dios. La mente del hombre, dicen los místicos del músculo, debe ser subordinada a la voluntad de la Sociedad. La medida del valor del hombre, dicen los místicos del espíritu, es la gloria de Dios, cuyos parámetros están por encima del poder de comprensión humano y deben ser aceptados por la fe. La medida del valor del hombre, dicen los místicos del músculo, es el placer de la Sociedad, cuyos parámetros están por encima del derecho de juicio humano y deben ser obedecidos como principios absolutos. El propósito de la vida del hombre, dicen ambos, es convertirse en un zombi abyecto al servicio de una intención que no conoce, por razones que no debe cuestionar. Su recompensa, dicen los místicos del espíritu, le será dada más allá de la tumba. Su recompensa, dicen los místicos del músculo, se le dará en la Tierra... a sus tataranietos.
El egoísmo—dicen ambos- es el mal del hombre. El bien del hombre -dicen ambos- es renunciar a sus deseos personales, negarse a sí mismo, rendirse; el bien del hombre es negar la vida que vive. El sacrificio -sostienen los dos- es la esencia de la moral, la mayor virtud que el hombre puede alcanzar."


martes, 1 de enero de 2013

Corto pensamiento para Venezuela


 ¿Seis años más de pesadilla para Venezuela? Qué impide que el país se sovietice o se cubanice aún más y que los seis años se conviertan en treinta?. Hay veces que el camino correcto para un país no es la espera, siempre somnolienta y olvidadiza, sino el cambio forzado, tajante: La guerra civil, la primavera. Su apreciado Ernesto Guevara hubiera estado de acuerdo conmigo.