sábado, 12 de noviembre de 2011

La Piedra Rosetta y los impuestos en Egipto


Lo siguiente es una sinopsis del capítulo "The Rosetta Stone Speaks-and Tells a Tale of Taxes" del libro "For Good and Evil, the impact of taxes on the course of civilization" de Charles Adams. 


Cuenta la historia que cuando Napoleón dejó Egipto, rechazado por la corona Británica, tuvo tiempo suficiente para saquear algunas reliquias pertenecientes al viejo reino de pirámides y faraones. Entre ellas se encontraba la Piedra Rosetta, famosa por haber sido la clave para desentrañar el significado de los jeroglíficos Egipcios.
Dicha piedra se encontraba en el pueblo de Rosetta, en el norte de Egipto. Su importancia yace en los tres idiomas que se pueden leer en sus inscripciones: griego, jeroglíficos egipcios y otro lenguaje egipcio conocido como “demótico”. Gracias a las escrituras en griego, se pudieron descifrar los otros lenguajes y se dio un paso enorme en el entendimiento de la cultura egipcia. Ahora se puede encontrar la Piedra Rosetta en el British Museum en Londres.
La razón por la que se puede ver tres diferentes idiomas tallados en piedra nos cuenta una historia de impuestos:
Alrededor de 200 años a.C., Egipto era reinado por la dinastía de los Ptolemaica, descendientes de Ptolomeo, uno de los generales de Alejandro Magno. Los Ptolomeos eran buenos gobernantes, en el sentido en que mostraban respeto por la ancestral cultura egipcia. Sin embargo, no mostraban la misma sabiduría en el momento de cobrar impuestos.
En el tiempo en el que fue tallada la Piedra Rosetta, los altos impuestos habían llegado a un punto crítico y desatado una guerra civil. Ptolomeo V, en un intento de restablecer el orden y calmar a los protestantes, decretó una lista de medidas de paz. Entre ellas, amnistía para los rebeldes, el perdón de las deudas impositivas, la capacidad de retomar la propiedad confiscada y, por último, inmunidad frente a impuestos para los templos.
Tan importante fue esta medida para los templos que decidieron tallarla en piedra (podían haber usado papiro) y ubicarla en el frente del templo. La escribieron en griego para que los posibles cobradores del gobierno pudieran leerla claramente.
El autor nos cuenta que es normal que los historiadores se vean obligados a estudiar documentos relacionados con la actividad impositiva. El conocer qué fue gravado, cómo fue gravado y quién fue gravado con impuestos es algo muy importante, pues revela mucho de las costumbres de los pueblos. Escribe: “Las costumbres impositivas son a las civilizaciones lo que los hábitos sexuales son a la personalidad”
Regresando al Egipto del año 200 a.C., la intuición nos dicta que generalmente los gobernantes no disminuyen impuestos y perdonan deudas porque se les “ilumina” la mente. Tales acciones suelen ser precedidas por un verdadero caos, el pueblo tiene que estar cerca de la revolución para despertar la necesidad de reducir impuestos y aplacar las amenazas. El Egipto de Ptolomeo V no fue una excepción.
El departamento de cobranza de impuestos de Egipto había ubicado al pueblo en jaque. Existen evidencias de cartas que pedían al rey un mejor trato de parte de este departamento. Se han encontrado muchas peticiones de perdón de deudas impositivas. Incluso los obreros y agricultores de los campos reales eran arrestados por el departamento de cobranza de impuestos, dejando abandonadas a las fértiles tierras del río más largo del mundo.
A pesar de la Piedra Rosetta y la proclamación de paz que ésta significaba, el gobierno cayó de nuevo en el vicio de alzar impuestos, crear malestar en la población, desalentar la producción y causar fricciones políticas. En el año 31 a.C., el emperador romano Octavio (también conocido como César Augusto) conquistó Egipto, venciendo fácilmente a Marco Antonio, amante de Cleopatra. Egipto, que podría haber sido una de las conquistas más difíciles para los romanos, fue una de las más fáciles. Y es que se encontraba de nuevo en un estado de desorden social. El famoso historiador griego Polybus sugiere que el dominio griego sobre el gobierno de Egipto incapacitó a este imperio de más de tres mil años. En verdad, no fue todo el elemento griego en sí, sino específicamente sus costumbres impositivas. Los impuestos, a pesar del uso de amnistías y perdones de vez en cuando, volvían a subir, asediando a la población egipcia.
El historiador ruso Rostovtzeff, argumenta que la tiranía del departamento de impuestos en Egipto afectó profundamente a la sociedad, sembrando descontento y destruyendo los incentivos de producir. Además, se dieron serios problemas de inflación que terminaron debilitando aún más al sistema económico del imperio de las cuencas del Nilo. Entonces, no debe ser una sorpresa que el imperio romano haya tomado Egipto tan fácilmente. Es más, la economía egipcia renació bajo el mando del emperador César Augusto. Las probabilidades son altas de que el pueblo egipcio haya visto a la conquista romana como un alivio, prueba de ésto puede ser el hecho de que Egipto fue una de las provincias más leales y pacíficas del imperio romano. 
Por último, las políticas impositivas romanas no se distanciaron mucho de las griegas con el pasar de los siglos. Llegado el momento de la caída de Roma, éstas también se habían vuelto opresivas y excesivas. Cuando las armadas musulmanes conquistaron Egipto en el siglo siete, les fue fácil tomarse a su pueblo hastiado del esclavismo de los impuestos, ofreciéndoles el lujo de no pagar ningún impuesto si abrazaban la religión del Islam. 

Las historias ocultas detrás de reliquias como la Piedra Roseta nos dejan ver cómo los problemas sociales y políticos que hoy día señalamos con indignación afectaron también a otras culturas, en este caso al milenario imperio egipcio. Se vuelve entonces un conocimiento muy valioso, capaz de darnos los argumentos para defender el liberalismo ubicando la historia a nuestro lado. En un futuro, espero escribir sobre cómo detrás de los impuestos se esconde la historia de represión a los judíos, o, en otra ocasión, sobre cuáles fueron sus características y consecuenciasen otra cultura milenaria, el imperio chino.

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